La ciudad de Trinidad es un villa detenida en el tiempo, conserva su aspecto ilustre, sus secretos y encanto de la época colonial de Cuba. Esta ciudad se distingue por hermosos enrejados y decorados que pueden ser disfrutados en espacios públicos y en el interior de edificaciones como palacetes, viviendas e iglesias que aún conservan el estilo arquitectónico de los antiguos colonizadores. En este destino se juntan patrimonio y cultura, donde el tiempo es cómplice y a la vez protagonista de la magnificencia arquitectónica de una época. Para aquellos que aman el mar a pocos kilómetros se encuentran las playas Ancón y María Aguilar con una excelente infraestructura hotelera y una amplia gama de servicios y facilidades.
Finca Santa Ana, Trinidad.
Por su ubicación en la cima de una colina bordeada de cavernas y hermosos jardines, se divisa toda la villa trinitaria, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad y su paisaje costero. Su cercanía al centro histórico ofrece al visitante la posibilidad de disfrutar de museos y plazas, así como de la artesanía y las tradiciones más autóctonas de la localidad.